jueves, 26 de diciembre de 2013

Bienvenida ASIA a tu nueva vida

Me lamo Asia. Sí, es UN quiero y no puedo de mi madre, porque Africa se lo robó su cuñada. Dice que por envidia, que siempre la imitaba y envidiaba cada acto que mi madre hacía. A mi lo de la envidia me da igual, aunque ahora soy otro continente.
Nunca he estado en Asia, ni en Africa tampoco. No me he movido de Europa, y siempre he vivido en Barcelona. Vivía tranquilamente con mi pareja de toda la vida en un piso antiguo del Eixample, no pagábamos mucho y estábamos cómodos y estas cosas. Si, estas cosas tan típicas, tan agradables, tan usuales y tan aburridas.
Con 29 años de vida y cero indicios en mi cabeza de saber lo que realmente quiero. Así soy yo. Que de no saber nada decidí cambiarlo todo. Le dije a Jose que ya no le quería. Se puso echo un fiera, nunca le había visto así, que si me lo callo todo, que no se hablar las cosas, que después de tanto tiempo...que una oportunidad...
Y yo doy muchas cosas, amistad, cariño, amor, pero lo que son oportunidades no las doy demasiado.
Me fuí.
Me pasé una semana en casa de mis padres, concretamente en el sofá y decidí que no aguantaba más. Busqué un piso barato. Què me pudiera permitir, tenia muchos ahorros de haber estado trabajando en la empresa del padre de Jose. La cual iba a dejar también, porque no me apetecía seguir viendo a mi exsuegro día si, día también.
Llegué al portal del nuevo piso,metí como pude la enorme maleta en el ascensor y le di al 6. Me sentí sin fuerzas y me sentí sola. Al llegar vi una manta cutre rosa en la escalera, con una notita que decía "gracias". Pensé en la manta rosa que me echaba por encima cada noche Jose, cuando yo me quedaba frita en el sofá y me sentí terriblemente triste. Cogí la nota y con todas mis fuerzas la arrugué, luego pasé a sentirme gilipollas. Entré a mi nuevo hogar, dejé la maleta en el recibidor e intenté planchar aquella nota. La dejé en su sitio, encima de esa manta, y entré en casa. Me senté en el sofá y empecé a escuchar gemidos. Gemidos del piso de enfrente, lo que faltaba.
pensé en cuanto tiempo llevábamos Jose y yo sin hacerlo, sin disfrutar, sin sentir...y pensé que había esperado demasiado. Eché de menos aquella sensación, cuando haces el amor salvajemente con alguien que te apasiona.
Y empecé a llorar, lloré sin parar tanto rato como aquella pareja follaba.
Cuando pararon, me lavé la cara, me miré y pensé "Asia. Tu lo has querido así".
Mi rabia y tristeza me volvieron tan loca que salí de nuevo a fuera decidida a robar aquella manta de Hello kitty rosa.
Pero ya no estaba.
Salí a la calle a fumarme un cigarro y pensé "Bienvenida Asia a tu nueva vida."

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